Posted by on Sep 28, 2018 in , |

El de Huesca capital fue uno de los principales alfares de la provincia, dedicado fundamentalmente a las piezas relacionadas con el trasnporte y almacenamiento de agua: cántaros y botijos. Frente a la elaboración manual de otros centros de las provincias de Zaragoza y Teruel, en Huesca se empleó el torno en la fabricación de las piezas. El torno es la herramienta fundamental del alfarero. Su movimiento giratorio le permite modelar la pieza siguiendo el giro de esta, en lugar de ser él quien se mueva alrededor. Con el torneado se obtenían formas globulares; cuando secaban se les añadían las asas, el pitorro u otros elementos.

Las piezas de Huesca y de Tamarite sobre todo, muestran también decoración pintada. Con un pincel fino impregnado en óxido de hierro, que produce tonalidades negruzcas o violáceas, se realizan estos trazos llamados, según su forma, culebras, lazos, flores o tenazas.